Mucho se ha hablado en los últimos tiempos sobre el cambio
climático, de cómo el aumento de las temperaturas está provocando el hielo de
los polos se derrita antes de tiempo, y de cómo se reducen las lluvias en unos
lugares y aumentan en otros. Pero, ¿cómo afectará el cambio climático a
España?
Vivimos en un país muy vulnerable. La escasez de agua está empezando a ser un problema muy serio, sobretodo en la región
mediterránea, donde las precipitaciones son escasas y los veranos muy cálidos. Así
pues, ¿qué nos depara el futuro?
Embalse de Sau en Sorona, Barcelona |
El cambio climático es muy probable que acentúe las
características de los diferentes climas que tenemos en el país. Esto significa
que en el noroeste, donde tienen un clima oceánico, las lluvias se
intensifiquen, y en el sur, por el contrario, los episodios de sequía se
alarguen y empeoren, como consecuencia de la influencia del viento
de levante.
Este tipo de viento nace en el Mediterráneo central y en las
proximidades de las Islas Baleares. Trae consigo nieblas y precipitaciones a la
cara este del peñón de Gibraltar, pero provoca un tiempo seco y muy caluroso
en el lado occidental del Estrecho, sobretodo en la costa atlántica
andaluza. Se puede formar en cualquier momento, pero es más probable que lo
haga desde mayo hasta octubre.
Así, puede ocurrir que mientras que, por ejemplo, en la
costa este de la península pasen por un invierno con temperaturas altas, en el
resto ya vayan vestidos con ropa de abrigo para protegerse del frío y, sobre todo,
de las heladas.
Según Jorge Olcina, director del Laboratorio de climatología
de la Universidad de Alicante, las lluvias se concentrarán en la costa y no
en el interior, que es donde se sitúan la mayoría de los embalses.
Además, es importante tener en cuenta la actividad solar,
pues para el 2020 podría entrar en una fase de menor actividad, durante la cual
no llegaría tanta radiación solar al planeta y, como consecuencia de
ello, podría empezar un nuevo cambio climático, en el que las temperaturas
bajarían. Aunque se trate sólo de una teoría, es mucho mejor estar preparados,
pues ya ocurrió en la década de los 70.
Aun así, por el momento, la tendencia parece no cambiar: nos
dirigimos hacia un futuro mucho más cálido, con unas emisiones de gases
contaminantes que no hacen sino que aumentar. Éstos provocan, no sólo que la
calidad del aire disminuya, sino también que el mercurio del termómetro suba
poco a poco pero gradualmente. Y todo ello sin contar con que podrían
invadirnos insectos que transmiten enfermedades tropicales, como ya lo ha
hecho el mosquito tigre, originario del sudeste asiático, y que las plantas
cultivadas podrían tener serios problemas para crecer, desarrollarse y fructificar
normalmente.
Otro punto del que no podemos dejar de hablar es del incremento
de los incendios. Si bien siempre han sido una amenaza en España, ya sea
porque hay personas que se dedican a prender fuego como porque las lluvias no
son lo suficientemente abundantes como para evitarlos, con el incremento de las
temperaturas es más que probable que de cada vez se produzcan más,
desertificando todavía más el país.
En definitiva, vivir en España dentro de unas décadas, a
menos que la actividad del sol efectivamente disminuya como hay quien piensa,
no va a ser tarea fácil. Los veranos ya empiezan a ser más largos, secos y
cálidos en buena parte del país, donde ya se ha empezado a hablar de veroño,
que vendría a ser el verano propiamente dicho y parte del otoño, y los
inviernos son más cortos. ¿Estaremos preparados?
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