Huella de Carbono Corporativa Vs Producto
María Agrelo
sábado, enero 26, 2019
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A estas alturas, y si no es vuestra primera visita a Eco-Huella, ya sabréis qué es la Huella de Carbono, pero hoy vamos a ir un paso más allá, entrando un poco más en detalle en la Huella de Carbono de producto y la Huella de Carbono corporativa.
Antes de nada, recordemos en una línea qué es la huella de carbono (recuerda que existen otras huellas y puedes ver una breve definición en nuestro quién es quién de indicadores de impacto ambiental):
La huella de carbono mide el potencial de calentamiento global en toneladas de CO2 equivalentes asociadas a un producto, una corporación o empresa, un proyecto, un servicio e incluso un evento.
Vamos a empezar por la huella más completa y, por tanto, también la más compleja; la huella de carbono de producto.
Huella de Carbono de producto
La Huella de carbono de un producto es el potencial
de calentamiento global medido en toneladas de CO2 equivalente de un
producto concreto a lo largo de su ciclo de vida.
El ciclo de vida de un producto es, de manera simplista, el que muestra la siguiente imagen:
Por tanto, si quisiéramos hacer el cálculo de la huella de carbono del ciclo de vida completo de un producto deberíamos tener en cuenta las emisiones directas e indirectas de todas estas fases, incluido el transporte.
Esto conlleva una gran cantidad de recursos (económicos, de personal, de tiempo y de conocimientos) ya que es necesario recopilar una gran cantidad de datos y un alto nivel de transparencia y trazabilidad.
Además, la recopilación de datos para realizar el inventario no es igual de sencilla en todas las "cajas" del ciclo.
Por ejemplo, pensemos en una lavadora; cuando esta se encuentra en la "caja" de uso, las emisiones van a depender del consumidor, de la procedencia de la energía eléctrica de su hogar, de las veces que la use, carga, programa, etc...
En muchos casos resulta tan complicado seguir el control de las emisiones directas e indirectas de gases de efecto invernadero a partir de la salida del producto de la tienda o almacén, que muchas empresas optan por no incluir esta fase en su cálculo. Sin embargo, lo correcto sería recurrir a estudios de mercado (o realizarlo si no existe) para conocer el tipo de uso y consumo de un producto y así incluir esta etapa, que en muchos casos tiene más impacto que el resto del ciclo (como es el caso de un coche).
Lo mismo ocurre con la "caja" final, la gestión del producto al final de su vida útil, que aunque a priori puede parecer complicado obtener datos de esta etapa, no debemos olvidar la responsabilidad ampliada del productor. Es decir, como productores no podemos desentendernos de los productos una vez dejan nuestras fábricas, debemos asegurar que ponemos los medios necesarios para que los productos sean recuperados y gestionados adecuadamente (os recomiendo el post de Alberto Vizcaíno que lo explica en más detalle).
En definitiva, debido a la complejidad de obtener algunos datos, las metodologías de cálculo de huella de carbono de producto nos dan la opción de escoger el alcance del estudio.
Los distintos alcances son:
El ciclo de vida de un producto es, de manera simplista, el que muestra la siguiente imagen:
Por tanto, si quisiéramos hacer el cálculo de la huella de carbono del ciclo de vida completo de un producto deberíamos tener en cuenta las emisiones directas e indirectas de todas estas fases, incluido el transporte.
Esto conlleva una gran cantidad de recursos (económicos, de personal, de tiempo y de conocimientos) ya que es necesario recopilar una gran cantidad de datos y un alto nivel de transparencia y trazabilidad.
Además, la recopilación de datos para realizar el inventario no es igual de sencilla en todas las "cajas" del ciclo.
Por ejemplo, pensemos en una lavadora; cuando esta se encuentra en la "caja" de uso, las emisiones van a depender del consumidor, de la procedencia de la energía eléctrica de su hogar, de las veces que la use, carga, programa, etc...
En muchos casos resulta tan complicado seguir el control de las emisiones directas e indirectas de gases de efecto invernadero a partir de la salida del producto de la tienda o almacén, que muchas empresas optan por no incluir esta fase en su cálculo. Sin embargo, lo correcto sería recurrir a estudios de mercado (o realizarlo si no existe) para conocer el tipo de uso y consumo de un producto y así incluir esta etapa, que en muchos casos tiene más impacto que el resto del ciclo (como es el caso de un coche).
Lo mismo ocurre con la "caja" final, la gestión del producto al final de su vida útil, que aunque a priori puede parecer complicado obtener datos de esta etapa, no debemos olvidar la responsabilidad ampliada del productor. Es decir, como productores no podemos desentendernos de los productos una vez dejan nuestras fábricas, debemos asegurar que ponemos los medios necesarios para que los productos sean recuperados y gestionados adecuadamente (os recomiendo el post de Alberto Vizcaíno que lo explica en más detalle).
En definitiva, debido a la complejidad de obtener algunos datos, las metodologías de cálculo de huella de carbono de producto nos dan la opción de escoger el alcance del estudio.
Los distintos alcances son:
Tened en cuenta, que estos son solo unos tipos de alcances. Lo más habitual es realizar el cálculo de huella de carbono de producto desde la cuna hasta la puerta, pudiendo ser la puerta de la fábrica o la del centro logístico. Lo segundo es lo más recomendable, de modo que si fabricamos en China pero después almacenamos en el centro logístico de España antes de distribuir a las tiendas, estaremos teniendo en cuenta este impacto y no estaremos ocultando datos a nuestros consumidores (en muchos casos, la huella de carbono asociada a la logística es la más importante y por eso siempre recomiendo incluirla).
Un ejemplo de Huella de carbono de producto de la cuna a la tumba: 1 Kg de café (pdf en inglés)
Huella de Carbono Corporativa o de Organización
Esta Huella generalmente divide las emisiones que contabiliza en tres alcances:
Cuando una empresa se aventura y calcula su Huella de Carbono de organización (o corporativa) debe calcular como mínimo el alcance 1 y 2. Lo que resulta más o menos sencillo, pues ellos disponen de toda la información y no son demasiadas las fuentes de emisión, aunque dependerá de la empresa.
Un ejemplo de esta Huella de Carbono organizativa es la que se calcula para entrar en el Registro de Huella de Carbono creado por el Ministerio.
Y en su día os preparé una Infografía de cómo calcular la huella de carbono de tu organización con la metodología GHG Protocol si tu empresa es una pequeña oficina (es decir, no fabricas productos, si no que ofreces servicios).
Metodologías para Huella de Carbono de organización: ISO 14.064, GHG Protocol
Después de haber visto ambas huellas imagino que os habrá surgido una duda: ¿cuál es la diferencia entre la huella de carbono de mi organización y la huella de carbono de producto escogiendo el alcance puerta a la puerta?
Es una muy buena pregunta, pues son dos huellas que tienen prácticamente el mismo alcance y son muchos los estudios y publicaciones que los confunden. Veamos las principales diferencias:
Espero que después de este post, tengáis un poco más claro (que no es fácil) las diferencias entre la huella de carbono de una empresa y de un producto. Que hayáis comprendido que cada una tiene su metodología y forma de realizar los cálculos y sobretodo que haya quedado claro que no valen los atajos; no se puede pasar de un resultado de HC de organización a HC de producto mediante una simple división.
¿Eres una empresa y quieres calcular la huella de carbono y no sabes por cuál empezar?
Mi recomendación es empezar por la de organización y en el caso de la huella de carbono de producto, lo mejor es contratar a un experto en el tema.
Pero lo más importante, la Huella de Carbono (ya sea de empresa o de producto), es una herramienta de medición, es decir, un indicador. Tu empresa o producto no se vuelve más sostenible por tener ese cálculo, pero tener datos es el primer paso para fijar tu estrategia en cuanto al impacto de tu organización al calentamiento global.